El suicidio perfecto, o cómo ocultar el arma para hacerles creer a todos que fue un homicidio

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Si alguien se quiere despedir de este mundo puede hacerlo de diversas formas, en muchas ocasiones el suicidio incluye algún acto de rebeldía o hasta provocar daño. No podemos entender qué sucede en la mente de todos los suicidas y qué los lleva a tomar semejante determinación, pero entre todos ellos hay un par de casos que son por demás curiosos: El suicida troll.

Porque una forma muy original de hacerlo es simulando el propio homicidio. Un suicida que quiere sembrar pistas y dejar suficientes dudas para que su muerte no sea tan sólo quitarse la vida sino todo un caso de estudio, lograr la fama póstuma y sembrar un manto de sospecha para la eternidad ¿No es acaso original? Pues bien, no se dio una sola vez sino al menos un par que tengo documentadas.

En una primera ocasión, en 2008, el caso de Tomas Hickman quien manejó su Jeep Grand Cherokee hasta quedarse sin combustible en medio de Nuevo Mexico, en EEUU. A sus 55 años este ciudadano de North Richland Hills, Texas, tenía un triste plan: quitarse la vida.

Estaba cuidando de su enferma esposa, había perdido dinero en la bolsa, pero más allá de esto se desconocen los motivos, lo que sí se sabe es que intentó algo más que suicidarse: esconder el arma homicida y plantear la escena como un homicidio.

La idea era atar un revolver Smith & Wesson de un globo con helio y que el viento alejara el arma, así sólo encontrarían su cuerpo. Unos motociclistas encontraron al costado del camino sin vida y llamaron a la policía. Pero he aquí que el globo no había viajado muy lejos. El arma era muy pesada y no levantó vuelo: quedó enganchada en un cactus al lado del cuerpo.

La policía fácilmente dedujo que era un suicidio y, además, que Hickman posiblemente había estado viendo mucha televisión... especialmente CSI: Crime Scene Investigation. Es que en un capítulo de 2003 (Homebodies) los protagonistas descubren que alguien había atado un globo a un arma luego de suicidarse para simular el homicio.

La inspiración llegó a Hickman aunque nadie pueda saber exactamente si fue por ver ese capítulo o porque tuvo alguna epifanía y coincidió en que era el método más original para despedirse. Muy probablemente, como en muchos de estos casos, el objetivo real fuese dejarle un buen seguro a su familia, algo que un suicidio no permite, pero sí un homicidio.

Una década después hubo otro caso muy llamativo, otro hombre, en este caso de Palm Beach donde en un club de golf se había encontrado el cuerpo sin vida de Alan J. Abrahamson de 71 años. Inicialmente todo indicaba que había sido un homicidio.

Vivía en un club de alto nivel, en una casa de no menos de USD 900.000, jugaba al golf todo el día, sonreía a todo el mundo y amaba viajar. Ese día debía encontrarse con un amigo en un Starbucks, pero nunca llegó.

Un perro saltó de un carrito de golf y encontró el cuerpo boca abajo, la policía no tenía pistas, ni un casquillo de bala, ni violencia, simplemente había recibido un disparo a bocajarro sin más.

El caso no tenía sentido y no iba para ningún lado. No fue hasta que la policía, gracias a la ayuda de la viuda, logró desbloquear el teléfono de Abrahamson que descubrieron algunos indicios más que interesantes.

Allí encontraron un email sobre una orden de compra que le había llegado, un par de meses atrás había recibido lo siguiente:

“Weather Balloon, $55.00, 600 g, x 1.”

Utiliando el registro de Google Maps identificaron un camino atípico un día hacia West Palm Beach a una tienda de productos industriales, en la tienda encontraron el recibo: un tanque de Helio. Luego de entrevistar a los amigos del fallecido estaba claro que no era su afición el pronóstico del tiempo.

Fue aquí cuando uno de los detectives sugirió la idea: Esto no es un homicidio, ¡Es un suicidio! Recordando no sólo el caso de 2008 sino el capítulo de CSI.

Aun investigando con las autoridades aeroportuarias y de la TV local nadie había visto un globo de este tipo el día de la muerte.

Pero una nueva serie de pistas llegaron a partir de analizar las búsquedas en Google de Abrahamson, mes a mes, año tras año, había pensado en quitarse la vida y en qué método utilizar, desde 2009 en adelante con una sencilla búsqueda de "cómo suicidarse", hasta buscar cómo hacerlo sin dejar rastros, cómo hacerlo para engañar a seguros de vida, cómo usar un silenciador en un arma, dónde había proveedores de Helio cerca suyo.

El globo jamás fue encontrado, los vientos apuntaban ese día hacia el Atlántico, meses después la policía cerró el caso y lo declaró suicidio.


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