Son miserables en todo sentido y ya sabíamos que lo iban a ser. Desde mentir hasta justificar, desde negar hasta presionar, cancelar a condenar, los militantes de la miseria.
Como si fuese un guión escrito hace tiempo, el cual todos conocemos, los miserables se enfilan para ser cada vez más patéticos ya que tienen a su favor a otra tanda de miserables dispuestos a perdonarles y justificarles sus actos.
Primero negaron, nunca iba a llegar, pero llegó. Luego prohibieron todo sabiendo que eso no iba a servir, y no sirvió.
Luego limitaron, abusaron, transgredieron porque el poder invita a corromperse y abusar del mismo es ya moneda corriente. Abusaron, mataron, desaparecieron.
Más tarde compararon para después quedar en peor posición y ahí negarlo todo nuevamente. Hasta que llegó el momento de hacer algo y lo hicieron mal.
Mal para la mayoría, bien para ellos, aprobar una vacuna sin papers en fase 3 sólo se le ocurre a quien tiene algo que ganar por ello, una transacción de influencias, de poder.
Pasaron de querer forzarnos al encierro a pelearse por quién se daba la vacuna y así políticos accedieron por fuera de toda forma y procedimiento a darse una dosis de esa misma vacuna sin papers que la fundamenten.
Por ahí funciona ¿Cómo no me la voy a dar? Pensaron y así siguieron adelante ¿Qué puede fallar?
Entonces empezó la carrera de los miserables por conseguir la dosis a modo de extorsión: no te empiezo las clases si no me vacunas.
Aparecieron los escondidos gremios, los cómplices, sindicatos de la extorsión a pedir su parte del pago. Es que cuando la mafia se coordina luego hay que darle la parte a cada uno y la paga es en forma de dosis de vacunas.
Mientras tanto el gobierno en las sombras que no son tan sombras bloqueó toda negociación con cualquier otro proveedor: el único tiene que ser ese con el que tengo negocios, el resto no, si no gano yo, que mueran.
Y así los miserables fueron justificados por empleados estatales, científicos que no tendrían otra oportunidad laboral que la pública, maestros cobardes, militantes pusilánimes y un compendio de terraplanismo mental anticiencia dispuesto a todo en nombre de conseguir un puesto tarde o temprano.
Algunos lo consiguieron, esperaron más de cuatro años, pero lo consiguieron. Porque nadie es tan inmoral gratis, la peor corrupción de todas siempre estuvo en ellos, sólo hacía falta el pago a fin de mes.
Estuvieron durante todo este tiempo militando la violación de todo derecho, ley y constitución, pasándose los DDHH que decían llevar por el traste, mintiendo, negando y acusando al otro de "Si no se encolumnan detrás de nuestro dogma, serán enemigos". Acusaron a todo aquél que los contradijera de las peroes cosas, antivida, antivacunas, anticiencia... cuando eran ellos mismos todo eso y más.
46.000 muertos después, con la mayor tasa de positividad del mundo durante meses, con el peor ratio enfermo/muerto junto a Mexico, habiendo arruinado la economía, impreso billetes duplicando la base monetaria, siguieron militando el desastre. Porque los miserables son así, no importa el error cometido sino sostener la mentira indefinidamente como un dogma.
Éstos son los miserables de la vacuna, los que ahora se desesperan por una dosis, dando un espectáculo de patetismo al nivel de la pelea por botes insuficientes en un océano encabritado en pleno naufragio.
Ni siquiera se dan cuenta de la ola enorme que se les viene y los hundirá a todos juntos, sólo pueden ver que ello se subieron al bote y le estan dando con el remo en la cabeza a los que apenas flotan.
Un año les bastó para destruir todo.