El Internet de antes ya no existe - lo que ves son las ruinas

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Lo conversaba ayer con un amigo y colega a partir de cómo las plataformas deciden qué se ve y qué no uno recuerda otra época en la que internet era descubrimiento y aventura. Eso desapareció.

No nos dimos cuenta exactamente cuando porque los procesos son eso, procesos, se viven durante un lapso largo de tiempo y, para cuando se consolidan, tampoco hacen un ruido gigante. Muchos ni se enteran que sucedió.

Y así como la adopción de los teléfonos móviles fluyó al punto que hoy no nos imaginamos la vida sin éste hubo una época donde Internet era otra cosa.

Imaginen una red llena de espacios libres donde uno puede hacer, literalmente, lo que quiera, decir lo que se le ocurra, no esperar consecuencias y, efectivamente, no tenerlas. Libertinaje extremo, una jungla salvaje, pero con ese salvajismo también una libertad anárquica.

Semejante territorio virgen requería de un esfuerzo doble para encontrar cosas y cada nuevo país que uno descubría, con sus tribus y sus reglas, se adoptaba o se descartaba. Pero existían. Estaba lleno de nuevos mundos y cada uno tenía algo distinto para ofrecer.

Veinte años después hay cuatro o cinco plataformas que unifican completamente su criterio. Todas ofrecen un timeline "ajustado" a los gustos y deseos de la plataforma aunque ésta insista mintiendo descaradamente diciendo que está "armado para una mejor experiencia basada en los gustos personales del usuario". Todas ofrecen el mismo tipo de contenido si no es exactamente el mismo. La única diferencia es si es vertical, cuadrado y horizontal, el resto es igual.

En todas estas plataformas está prohibido hablar de ciertas cosas, es obligatorio cumplir las mismas reglas puritanas, el sexo no existe, la opinión política sólo debe ser la consensuada por un comité que nadie sabe dónde está ni quién lo conforma, un algoritmo decide si lo que dijiste está bien o está mal y te censura y hasta expulsa si interpreta algo que no le gusta. Y todo eso sin ningún derecho de apelación ni defensa. Acusado, juzgado y ejecutado sin defensa.

Todos funcionan como feudos donde uno debe estar agradecido por "lo que me dan" aun cuando ellos comercien con todos tus datos personales. Vos sos el producto y, para colmo, tenés que pedir permiso, disculpas y agachar la cabeza.

Tan sólo en veinte años rompimos todo o, más bien, le dejamos romperlo a un grupo muy limitado y pequeño de corporaciones que poco interés tienen en nuestro bienestar o felicidad. Son las mismas que atormentan nuestras mentes con el contenido más espurio o caótico que sabe, según sus estadísticas, que dispara nuestras reacciones y nos mantiene alertas y pidiendo más. Descubrieron cual era nuestra droga y nos la suministran en dosis cada vez más grandes y adictivas. Y hasta le decimos gracias por ello.

Pero ¿Podría alguien salir de ese circuito?

La conversación giró justamente en torno a esto y se me vino a la mente la vida de cualquier hermitaño: para salir del sistema se tiene que aislar, alejarse de todo, vivir solo. SOLO.

Un blog es una ruina arqueológica de aquellas épocas pero un blog por sí solo, sin visitas, es una ruina, no un lugar vivo, abierto y lleno de gente. Es como un libro que nadie lee: Sólo junta polvo.

Pero ¿Saben qué? Es mío y todavía puedo escribir lo que quiero sin que nadie me diga qué. Ahora bien: si Google lo decide este blog desaparece mañana mismo. No porque deje de existir realmente, sino porque lo hará desaparecer de los resultados de búsqueda y, considerando que el 90% de ustedes usan Google Chrome, hasta podría hacerlo desaparecer completamente sin derecho a acceso alguno.

Ya ha hecho eso en varias ocasiones contra sitios que no poseían certificado SSL aun cuando no lo necesitaran. Empresas como Cloudflare salieron al rescate o ejemplos destacables como Letsencrypt, pero todo fue porque Google decidió forzarlo. Fue inconsulto, unilateral, violento y descuidado. Como todo lo que hacen ultimamente.

Así hay miles de millones de sitios web que ya nadie accede. No porque su contenido no sea de calidad o nuevo, sencillamente porque no cumple con las normas que dicta un dictador autoritario y absolutamente nada democrático. Esa falsa idea de que Internet democratizaba murió con las plataformas de redes sociales concentradoras y censuradoras. Ya no existe más. Murió.

Otro ejemplo que se me ocurrió fue el del típico pueblo del centro de EEUU que vemos en todas las películas. Allí todos se congregan en la iglesia y el pastor los tiene cagando, los reta y les ordena.

Uno podrá ser el niño rebelde del pueblo pero donde sos excomulgado de tu comunidad religiosa los demás miembros del "rebaño" serán los encargados de discriminarte.

La gran plataforma religiosa te señalará con el dedo: CUIDADO! SITIO PELIGROSO, NO ENTREN! y todos aceptarán esto como una ley. Serán ellos quienes te discriminen, dejarán de visitarte, dejarán de comprar tu producto, te dejarán de lado.

Así que sí, serás un paria, directo al olvido, pero, de alguna forma: libre. Habrá que organizar una red de sitios "asesinados" por las plataformas? o eso creará una nueva plataforma que pronto deberá regirse por la ley de oferta y demanda buscando sólo priorizar el tráfico, el SEO y olvidarse de que Internet estaba para que cualquiera pudiese leer y encontrar lo que quisiera y no sólo una masa de analfabetos entretenerse?

Ah... qué se yo...


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