Estamos a poco de elecciones y siempre leo a alguno hacer el comentario, medio en serio, medio en joda, sobre por cuánto vendería su voto.
Pero ¿Es un voto algo realmente valioso como para que alguien pague por él? ¿No hay mejores productos para que un político corrupto compre? Porque, al fin y al cabo, el precio lo pone el mercado y ¿Realmente vale la pena comprar tu voluntad? ¿Venderla?
Un error común es creer que tu voto tiene un valor por sí mismo. Es tan sólo uno! tu voto vale lo mismo que el de cualquier otro, sea alguien con mayor o menor voluntad política, capacidad, conocimiento o compromiso social.
Esto le baja mucho el valor al voto único, al del individuo, lo que tiene un valor es el voto colectivo pero ¿Alguien es dueño de éste?
Viendo que en días previos a las elecciones los políticos están regalando bicicletas, heladeras, y planes de todo tipo ¿Realmente produce un cambio de voto? Aun emitiendo billetes a lo loco ¿Es suficiente la dádiva que se esfuma ante la primera visita al supermercado?
Se podría creer que basta con regalar algo para comprar el cambio de voto pero ¿Acaso funciona? En una economía de escalas la dádiva también tiene que poder escalar, regalar una bicicleta no le cambia mucho nada a nadie.
Es decir, el político ¿Cuántas bicicletas puede regalar antes de empezar a notar el costo (monetario y político) de hacerlo? En un punto se vuelve contraproducente, se expone demasiado y debería entregar millones de regalos para convencer a gente muy floja de principios.
Pero, para colmo, estas voluntades "compradas" luego en el cuarto oscuro pueden terminar votando cualquier otra cosa, ni siquiera hay que votar al que te quiso corromper, pero, eso sí, siempre hay que aceptar lo que viene de arriba ¿No? Acaso pasarán por tu casa a quitarte el regalo (Sí, ya lo han hecho eso también :D)
Aquí es donde hábilmente el político encontró una veta para corromper voluntades: el empleo estatal.
Sabiendo que conseguir trabajo es difícil muchas veces han entregado puestos para convencer voluntades pero ¿Cuántas se pueden ubicar? No muchas, pero aun así el sueño, la posibilidad, de conseguir ese trabajo permanente (porque en Argentina el empleo estatal es vitalicio, un ridículo peronista destructor de estados) vale lo suficiente para vender el voto.
Mucho más efectivo que la heladera o la bicicleta es la posibilidad (no importa si es lejana) de entrar a "planta permanente". Esa gente, la que aspira a ello, tiene un precio bien definido y están dispuestos a militar lo que sea con tal de la "comodidad" de ser un parásito para toda la vida.
Pero los puestos son limitados, no alcanzan para dar vuelta una elección, así pues los que más se benefician con este sistema corrupto son los punteros, no los individuos, los que pueden coleccionar una cantidad de votos.
La única forma de que un voto tenga valor es cuando viene en un paquete de votos, uno lo suficientemente grande como para mover un resultado.
Así si uno pretende entrar en un partido político relativamente grande el primer paso es asegurarse punteros, gente que maneje "grupos" que entregan sus votos a cambio de puestos, asesorías y dinero.
Por alguna razón siempre hay un grupo de seres más desesperados de uno que por un bolsón de comida o un acomodo en alguna obra pública votarán a lo que éste puntero indique. La habilidad, y el precio, del puntero es la que podrá definir una elección. Cuantos más convenza más valor ofrecerá.
Así pues no es el voto individual el que tiene un valor, es el colectivo. Luego de pasar una interna gracias a comprar a los punteros (se venden, se compran, se pagan) uno puede pensar en una elección mayor.
Ahí la cosa se complica porque la escala pasa de ser partidaria, unos pocos miles, a posiblemente millones. ¿Cómo pagar tanto?
Pues bien, la escala crece así como también el dinero necesario, pero en vez de limitarse a punteros hay otros recursos muy usados: la prensa.
El periodismo se vende, nadie se molesta siquiera en demostrarlo/probarlo porque todos saben que es así. Ya nadie cree en ellos, sin embargo lo que dicen sigue siendo consumido y también hasta genera "bandos".
No es raro que se milite tal o cual periodista, algunos con gran renombre y muchísimo respeto por su profesión también son acusados de venderse, otros, con igual imágen pública, firman notas que parecen gacetillas de prensa de un político.
En época de elecciones se nota mucho más, mostrando a seres patéticos, sanguijuelas estatales que jamás trabajaron de forma independiente, como si fuesen grandes estadistas, personas de una casta superior a quienes les debemos un favor por sacrificarse por el país. Sí, se ven esas cosas a diario.
Esto no significa que no existan los incomprables, pero son irrelevantes en la ecuación final. Si un puntero podía ayudar a torcer una elección menor, unos cuantos periodistas y otros tantos famosos pueden ayudar a convencer a una masa dudosa mucho más grande. Eso sí, pagarle un recital a Fito Páez es mucho más caro, pero todo de alguna forma retornará.
Entonces ¿Tu voto vale algo? No, ni mierda, nadie va a venir a comprarte tu mísero voto, ni siquiera los de tu familia, son muy pocos y no valen la pena. No para pagar por ellos pero, al final, lo que cuenta es la sumatoria de todos.
Así que... tan poco no vale ¿No? Porque si uno junta muchos votos que no valen ni mierda, de pronto tienen un valor. De eso se trata una democracia sana, votos que no puedan ser comprados en grupo, que sean individuales y demasiado caros para ser comprados uno por uno, que no puedan comprarse en paquete, ahí es donde a corrupción de escalas pierde.
El problema, claro está, es que vivimos en una democracia fallida donde el voto se vende y a pocos les importa eso.