El problema es el populismo

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Creo que en este blog lo venimos hablando hace tiempo, sea de izquierda, de derecha, lo que primero arruina todo es el populismo.

Aunque se las lleva le viento, sobran palabras y argumentos, ya lo sabíamos todos, tarde o temprano la serpriente se come a sí misma y eso lo estamos viendo en vivo.

La permisividad para unos es adoptada por otros, se creen diferentes, pero son muy parecidos, casi iguales.

En la medida que uno crece y madura va pasando de ser un personaje fácilmente controlable por el populismo a ser un adicto total o a desprenderse completamente de la idea. Pero estos son los menos.

En el fondo todos guardamos cierta dependencia a algún populismo, puede ser algo pequeño, pero las soluciones fáciles, tontas, mononeuronales, son apetecibles.

Hasta hace un tiempo era la izquierda quien lo usaba a su favor, pero eso sería ignorar plenamente lo que pasó en la década del treinta del siglo pasado, que iba por exactamente el lado opuesto. Pero miramos un poquito más atrás y en la revolución del 17 era para el otro lado. ¿Qué podemos ver en común? La masa.

No importa la orientación política, lo que importa es la masa. La masa no razona, la masa reacciona, actúa, se enoja, se pone virulenta, arrasa, no respeta, no se mide. Provocar a la masa es el objetivo de todo populista, usarla a su favor, direccionar su reacción en cadena orientándola hacia el rival o quien haya detectado la maniobra.

Vivimos en un país con exceso de populismo. Éste, indistintamente de la orientación, se basa en no respetar las estructuras y proponerse como la solución de todos los males "que decida el pueblo".

Es una falsa idea de democracia porque siempre se basa en que exista un lider conector, conecentrador y acumulador de ese poder, nunca se trata de que el pueblo realmente decida nada sino que lo apoye sin discusión ni crítica.

El sistema republicano es su mayor enemigo, no poder ser juez, fiscal, policía, verdugo y legislador al mismo tiempo es lo que odia todo líder autoritario populista.

El disidente, el ateo, el máximo enemigo. Todos se deben encolumnar detrás del gran líder o los "jefes" (ancianos, grandes héroes, cada sistema tiene su propia versión) que es quien resume las necesidades y deseos de "el pueblo".

Al ver que en Brasil copian casi calcado lo que sucedió en EEUU cuando Trump perdió las elecciones no estamos viendo nada distinto a lo que la izquierda siempre hace cuando no se decide a su favor. Brasil eligió salir de un populista para entrar a otro populista, hay que aceptarlo y dejar de lloriquear.

Leí a muchos comparando ésto, y especialmente a los que ahora se rasgan las vestiduras, con la famosa rotura total de la plaza del Congreso revoleando 12 toneladas de piedra. El populismo, la verdadera ideología detrás de todo esto, accede al poder por izquierda o derecha, da igual, el objetivo es siempre concentrar el poder en uno y quitárselo a otro, no la ley, no la constitución, no la república, mucho menos la democracia.

Y no, no es decir "todos son lo mismo" porque no lo es, hay gente republicana y gente que no, autoritaria. No todos son lo mismo porque nada de lo que existe hoy en día existiría si todos hubiesen sido siempre lo mismo. 

La Demoracia soy yo.

Así que estamos presenciando el ascenso del totalitarismo, como describía a comienzos del año pasado (¿Por qué a las dictaduras les está yendo tan bien? https://www.fabio.com.ar/8657), es muy fácil caer en estas formas tan tóxicas de pensar y actuar.

El populismo se vale de lo más animal de todos nosotros, alimenta la frustración y el odio hacia aquél que aparente tener una mejor vida que uno, le llena la cabeza con la idea de que el que lo logró fue a costa de uno, que hay que arrebatarle y matarlo si es posible.

La izquierda suele jugar con el odio de clase y el rico opresor, la derecha con el parásito pobre que se quiere colgar de las tetas del trabajador libre, todos quieren cebarlo e incrementar el odio hacia terceros para encauzarlo de tal manera que les permita adquirir el poder.

Se usa a la democracia, se usa a la república, pero una vez conseguido el objetivo se la destruye. Así tenemos a CFK queriendo aniquilar todo lo que quede de república, algunos dicen que ella representa a cierta izquierda latinoamericana, otros la ven como una líder fascista a lo Mussolini, lo cierto es que todo eso no le importa a nadie, lo que siempre importa es el poder. ¿Cómo se accede a él? Con populismo es más fácil y rápido.


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