Die Erfurter Latrinensturz, de la corte a la letrina

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Esta es una historia tragicómica, trágica por la muerte de algunos de sus participantes, cómica por el contexto escatológico.

Sucedió en el año 1184 en la ciudad de Erfurt cuando el emperador convocó a dos aristócratas que se estaban peleando por unas tierras, el típico conflicto medieval. Pero nadie tenía idea que la reunión iba a terminar en... mierda.

En aquellos tiempos el territorio actualmente conocido como Alemania estaba conformado por una infinidad de pequeños condados y ducados, principados, electorados y arzobispados, cada uno con distintas alianzas, pertenencias y todos englobados por el Sacro Imperio Romano Germánico.

Por un lado, Ludwig III, Landgraf (un título alemán por encima de Conde, por debajo de Duque) de Turingia, por el otro Konrad I, arzobispo de Mainz, y en el medio el rey Heinrich VI, segundo hijo del emperador Barbarossa, el siguiente en la línea de sucesión.

Heinrich era quien, cansado del problema y mientras iba en camino a otra misión imperial hacia Polonia, decidió convocar a una dieta en Erfurt para resolver, de buenas o de malas, el conflicto.
En 1180 Konrad I había comenzado a construir un castillo fortificado en Heiliegenburg en una colina estratégica cercana a Kassel que estaba demasiado cerca del territorio de Ludwig III, una maniobra agresiva ya que el castillo daba a varios campos de distintos dueños o, al menos, quienes clamaban ser dueños.

Es que poco tiempo antes el duque Heinrich “el león” (Heinrich der Löwe) había sido desprovisto de sus tierras por el emperador Frederick Barbarossa, eran esas mismas tierras las que se disputaban en cada rincón del imperio. Así que era importante resolver estas disputas para evitar conflictos mayores.

Muchos otros condes se reunieron en esta dieta, cada uno tratando de sacar alguna ventaja política, territorial, porque ya tenían algún problema con los dos protagonistas o simplemente por la abundante comida y chismes, el conde Gomlar III de Ziegenhian en Hesse, el conde Firedrich de Kirchberg, el conde Heinrich I de Schwarzburg, quien ya tenía problemas con Ludwig III, y así muchos otros caballeros de alto rango.

Este mismo Heinrich I quería recuperar un manuscrito que le habían robado las tropas de Ludwig. En esa época los manuscritos eran extremadamente caros y bastante comunes como tesoro “robable” entre nobles. Fue conocido por acuñar la frase “si fallo, entonces, que muera enterrado en mierda”.

Unos 100 nobles se reunieron en la iglesia de San Pedro en Erfurt, el mismo lugar donde habían obligado a arrodillarse a Heinrich der Löwe antes de quitarle todo, y será que habrá dejado alguna maldición o algo porque la dieta estaba condenada a un trágico fracaso.

En medio de la discusión, será por el exceso de personas, el uso de armaduras y cotas de malla, o simplemente una mala ingeniería medieval, las vigas que sostenían el suelo de la iglesia perdieron fuerza y todo el piso se desplomó al siguiente nivel.

Lo lamentable del caso es que debajo de la iglesia estaba el depósito de las letrinas de los monjes, décadas de excrementos agrupados en un gran piletón donde cayeron a su suerte los nobles.
En semejante caída algunos murieron por el impacto, siendo aplastados por sus pares o escombros. Otros tantos se asfixiaron en mierda, sea por los vapores o por directamente tragar el excremento líquido, otros lograron sobrevivir escapando heridos tanto físicamente como en su orgullo.

Quienes se salvaron milagrosamente fueron los protagonistas de la historia, Heinrich VI y Konrad estaban a un costado charlando personalmente un asunto, sentado en el marco de piedra de una ventana, se quedaron allí colgando de la reja esperando a ser rescatados con una escalera. Ludwig III también se salvó.

Quien no se salvó fue el conde Heinrich I de Schwarzburg, el mismo que había vaticinado su entierro en mierda. Por suerte para el imperio el heredero al trono se salvó sin consecuencias y pudo gobernar luego de Barbarossa como emperador.

 

 

PS: esta nota es parte de mi próximo libro que llevo años compaginando, pero por vagancia y falta de constancia no terminé 😁ya van unas 67 historias y 38k palabras, ilustrado con gravados medievales reales e inventados por IA 😋


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